sábado, 26 de diciembre de 2009

Ramiro de Granada. La Epopeya de Lyon Siegel

Introducción

La Epopeya de Lyon Siegel

Lyon Siegel nació en Noruega en 1832. En 1850 construyó un barco y se largó a navegar. Llegó poco después a las costas gallegas y conoció a una alemana: Isolde Knall, de quien se enamoró. Pero su búsqueda arquetípica fue más fuerte que la pasión personal.

En 1854 arribó a las costas de Panamá. Atravesó el país hasta la costa atlántica y allí construyó otro barco, con el que llegó meses después al Golfo de Guayaquil, en Ecuador. Se internó en la selva, hasta alcanzar el Cajón del Coangos. Allí vivió una de las más increíbles aventuras que un mortal pueda hallar. Sus relatos posteriores y el seguimiento de su andanza por parte del autor, inspiran el presente trabajo.

En 1861 llegó a costas chilenas, donde abandonó su barco para cruzar a pie la Cordillera de Los Andes. En 1867 fundó una cooperativa de transportes en la ciudad argentina de Mendoza y un año después, equipado con un carro y una docena de caballos, se fue a Brasil, donde por ¿azar? se encontró en el puerto de Salvador, frente a su recordada Isolde Knall. Se casaron y fueron a vivir a Aracajú, donde Lyon construyó un regio castillo.

Vino un hijo. José León Siegel fue a Noruega a conocer a sus abuelos, pero de regreso, pasando por Galicia, donde se hallaban sus abuelos maternos, conoció a Justiniana Vargas Rosales. La moza tenía hermanos en La Rioja de Argentina, así que convinieron que José León le acompañaría a visitarles. Tras el romántico viaje, se casaron en Argentina y Lyon Siegel tuvo 26 nietos por obra y gracia de aquel único hijo.

Aquella multimadre, que era mi abuela, se interesaba tanto en recabar las historias y viajes de sus suegros, que no paraban pies, como en criar a sus hijos. José León era un cantante extraordinario que no hizo fama porque temía que ello le alejara de su mujer y sus cachorros. Ni padre también fue un "Minnesänger" que me enseñó la historia y me dio las pistas.

Lo demás, se lleva en la sangre y en el Alma.

Ramiro de Granada


El Despertar del Arquetipo

Soy antiguo Cantor de la Sangre de los Dioses,
Guerrero Peregrino de la Espada del Graal...
Resuena en mi memoria el eco de mil voces
de la Horda Furiosa, eternamente triunfal.

Misión en la Tierra: Lucharé contra el Demiurgo,
liberando a las Almas de toda esclavitud.
Quitando de las garras del falso taumaturgo,
a los seres perdidos y carentes de virtud.

La mía es una lucha de Pluma y de Espada;
temida es mi presencia entre acólitos del mal.
El Amor, la Conciencia y la Voluntad Templada
espantan a las sombras del Gran Abismo Infernal.

De lo que puede verse, conozco pocas cosas:
Los árboles, el viento, las piedras, el ancho mar...
Y dentro de mi Alma recuerdo muchas otras...
Mi Hacha, que los dioses me enseñaron a templar.

Mi Espada refulgente para cortar cadenas,
la técnica sagrada para usar el mandoble,
su acero fiel brillando bajo la luna llena,
los símbolos sagrados en su mango de roble.

Paisajes de otros tiempos yo tengo en la memoria,
cuando no habían hombres débiles ni mortales.
Antes de que empezara Loky con sus historias
de crear imperfectas criaturas infernales.

Y viven en mi Sangre recuerdos ancestrales,
cual si yo fuera un dios hecho mortal por voluntad
de combatir sus obras terribles y fatales,
para darle a los Seres su perdida Libertad.

Recuerdo un compromiso de nacer en la tierra
donde reina el Demiurgo que se puso a inventar
la criatura que odia, que padece y se aterra,
que se ahoga con sus llantos sin poder despertar.

Una fría mañana de tempestad rugiente,
caminé sobre unas rocas, a la orilla del mar.
El oceánico viento traía a mi mente
recuerdos de un paraje en el límite polar.

De un lado mi destino me llamaba al combate;
del otro lado estaba el Walhalla de los dioses.
El cerebro indeciso... El corazón que late
por volver a la tierra de los divinos goces...

Pero al fin me decido por la total entrega
a la causa terrible de liberar esclavos.
Ya tomo la madera que la encina me lega...
Ya derrito unas tierras para fabricar clavos...

De los cueros de alce que cazo hago tientos,
y pido a las mujeres que me fabriquen telas...
¡Y ya voy por el mundo, llevado por los vientos,
guiado por las Runas bordadas en las velas!.

Tan sólo nueve días lleva el preparativo...
Los mismos nueve días que permaneció Wotán
colgado de los pies por el mismo imperativo
de morir en el Walhalla y enfrentar a Satán.

Ya voy entre las olas enhiestas de los mares,
crispadas por Eolo que las sopla sin cesar...
El sol de medio día lleva el viento a otros lares
y para no morir de ansias, me pongo a remar.

Pasan las noches frías mitigadas con canto,
transformadas en sueños de hallar tierras muy bellas;
y cuando vuelve el viento, a proa me adelanto
y retomo los rumbos mirando las estrellas.

Y viene la nostalgia con sus llantos de arpía,
a robarme la Fuerza y la Furia combativa,
y me turba los sueños hasta que llega el día...
Y en ese mal dormir he perdido la deriva.

El norte está llamando con fuerza de placeres,
"¡Desanda tu camino!" me grita con porfía...
Y yo le digo entonces: "No puedo, hay otros seres
que ya ni norte tienen y necesitan guía".

Sólo soy un náufrago, sobreviviente eterno,
y cierto es que vengo del mar más agitado.
He sido perseguido, prófugo del infierno,
que al mismo Satán en su guarida he desafiado.

He llegado a una isla llamada "Prometida",
mi barca destrozada me sirvió para llegar.
Muy fuertes las tormentas que soporté en la vida,
pero a fuerza de las Runas aprendí a navegar.

Diré que es "por milagro" que me mantengo vivo,
pero es la Paz Interna la costa más segura.
El mar es esta vida de muertes y castigos,
donde un gran maldecidor es fuente de locura.

Oigo la voz segura de mi antiguo Maestro,
el que me enseñó las Runas y el arte de luchar;
oigo clara las voces del ejemplar ancestro
que me marcó el camino perfecto del Gran Wotán:

"No importa que sientas todo el mundo en tus venas,
recuerda que eres barca, la carne sólo es puerto...
Tú no eres tus huesos ni tu intelecto en pena,
eres esencia viva, aún después de muerto...

Solamente tu cuerpo a la tierra se vuelve,
en la demiúrgica escena de este mundo sin luz...
Si tu fantasma astral, autómata se disuelve,
pues, Tú tomarás conciencia de seguir siendo Tú.

Si te duermes y se queda en Devachán tu alma,
lejos del mundo físico y la tierra material...
Igual no temas la muerte, no hay lugar infernal,
si te centras en tí mismo, en la Suprema Calma.

No temas a la muerte, raíz de los terrores,
transformarás la estructura de tu carne mortal,
de tu mente elimina los reflejos del mal,
elimina el odio y cultiva los amores."

Y así la voz interna me guía y me consuela,
en mis venas vikingas hay sangre justiciera,
hay temple y un Amor tan grande que pareciera
que amando mi Alma al Mundo, sobre sus nubes vuela.

Siento el Amor más grande que pueda el Universo
contener en su espacio eterno e infinito.
Me duele que haya esclavos ahogados en sus gritos...
Y cuando pienso en ello, ya el mar no es tan inmenso.

Sobre las altas olas cabalga mi destino,
sabiendo que hallaré gran combate al otro lado,
pues sólo de verdades, sabe quien me ha contado
que existe en el Sur un gobierno de mezquinos.

Y no pueden ser otros que aquellos que luchaban
poniendo a sus mujeres como carnal tentación,
sometiendo a los pueblos con placer y perversión,
y luego asesinando a los que se despertaban.

¿Podré detrás del mar confirmar las narraciones
del viejo navegante que anduvo el mundo entero?,
¿Veré esas miserias que dijo el marinero?
¿Veré esa gente extraña que dice en sus canciones?

La Tierra del Ansia

Tres lunas navegando... La noche está templada;
me ha parecido escuchar un grito, en la distancia.
Deben ser mis recuerdos... Tal vez sean las ansias.
Me subo a la cubierta, aguzo la mirada.

El aire sigue limpio, no hay trazas de la bruma.
El mar está sereno y la luna se ha escondido;
Yo miro el horizonte, atento a los sonidos.

Aunque no escucho nada, en el agua hay espuma.

El viento hacia el poniente, muy suave va empujando,
mas no voy a dormirme, hay un presentimiento...
Quizá no era espuma, dice mi pensamiento,
pero el Alma me dice que puedo estar llegando.

Quiero dormir un poco y el sueño no me quiere.
El instinto insistente me aconseja cuidado,
y pinta en mi memoria un gran acantilado...
Con esa imagen turbia, por el fin el sueño muere.

Y subo a la cubierta a mirar nuevamente
el oscuro horizonte, que esconde a mi mirada
sus misterios y encantos, sus nubes recortadas...
Nubes que no se mueven... Las miro atentamente...

Y pasan los minutos, y ya casi una hora.
Las forman no han cambiado, me dicen las estrellas.
El fondo azul que marcan, tan luminosas ellas,
se convierte en violeta cuando llega la aurora.

Lepum despierta el aire y la niebla se levanta.
Las nubes no me dejan mirar la lejanía,
pero son los fragores, como en la tierra mía,
los que anuncian muy cercana una costa que canta.

El aire caliente que ha excitado el luminoso,
ha despertado todo, y todo es movimiento.
Ya sopla fuertemente el agitado viento
con ráfagas calientes, cual brazos sudorosos.

Las músicas sublimes de olas estrelladas
sobre pacientes rocas que aguantan la embestida,
entre gritos de gaviotas, cual cantos de vida,
levantan mi Espíritu, me hacen vibrar el Alma.

Apresto las amarras, las velas recogidas,
ya están los garfios listos y el timón levantado.
Peligrosa llegada con el mar sublevado,
que intuyendo mi ausencia se empeña en despedidas.

Ya cerca de las rocas, contengo esta gran ansia
de conocer la tierra que me ha esperado tanto.
Y vuelvo al mar mis ojos, y hasta contengo el llanto,
cuando al acantilado le dejo en la distancia.

Hacia estribor navego, buscando una ensenada
donde las aguas calmas me permitan atracar.
El drakkar es mi casa y no lo puedo arriesgar;
pero el ansia es terrible y la tengo sujetada.

Por fin una bahía profunda estoy mirando,
con costas arboladas y una playas sin igual.
Arrojo el ancla a la arena y mi viaje halla el final.
Algo en mi se estremece y de pronto estoy llorando.

Un árbol, mudo extraño, graba mis emociones
de navegante eterno que se entrega en su canción,
en su caliente savia y en su verde corazón
y a dúo con el viento me cuenta sus pasiones.

Encuentro raros frutos de cáscaras muy duras,
de deliciosa carne, blanca como la nieve,
y mientras como, el cielo me dice que ya llueve,
con mensajes de truenos y nubes muy oscuras.

Estudio los mapas, para explorar esta tierra,
América llamada, por no se qué razones.
Según he navegado, estoy en las regiones
donde negros esclavos tuvieron una guerra.

Preparo mi mochila, unas sogas y mi espada.
No esperaré otro día, me interno en la espesura,
hallando cada vez una selva más oscura.
Extraños animales... Olor a carne asada.

Me acerco lentamente y advierten mi presencia
unos extraños hombres que observan desconfiados.
Yo levanto mis manos, y ya tranquilizados
me invitan a sentarme y me estudian a conciencia.

Les asombra mi pelo y elevada estatura,
mi espada reluciente, y mis ojos color de mar.
Me invitan a comer y ya no quieren desconfiar,
pero algo hay en ellos, como una pena oscura.

Entonces con dibujos, movimientos y gestos,
la causa de sus penas y angustias les pregunto...
Percibo en sus respuestas muchos dolores juntos,
preocupación enorme por algo muy funesto.

Palabras que conozco desde mi propia cuna,
al estudiar su idioma. Enorme es la sorpresa;
y al ver su lengua escrita, mi alma se embelesa:
No escriben letras nuevas... ¡Escriben con las runas!.

No salgo de mi asombro, me cuentan sus memorias,
el pasado muy remoto en el que ancestros míos
llegaron con sus barcos al cercano Gran Río.
Y comprendo mi destino, las claves de una historia.

Me cuentan lo glorioso que fue el antiguo imperio
de la estirpe vikinga que vino en otros tiempos.
Más que dioses, amigos; y de amigos, ejemplo.
Empiezo poco a poco a desvelar misterios.

La historia que contaba el viejo marinero,
de las antiguas guerras contra los esclavistas,
ahora veo clara, cual claras son sus pistas,
para entender los modos que usaba el usurero.

Es la guerra más vieja, entre dos ideales.
Por un lado el impulso de construir y de ser.
Por el otro es el mandato de un dios, de someter
a los hombres al yugo de miedos infernales.

Lucharon mis ancestros por defender naciones,
contra la garra siniestra del gran dominador,
que desafiando al orbe, erigido en gran Señor
quiso borrar las runas de nuestros corazones.

Impuso con el tiempo y paciencia magistrales,
el egoísmo insano que pesa sobre el mundo,
la soberbia de un pueblo hipócrita e inmundo
que inventó la moneda y miserias avernales.

Así fueron perdiendo la calidad de dioses,
los hombres que olvidaron que la generosidad
es la máxima regla para un pueblo en Libertad.
Egoístas, perdieron el Walhalla y sus goces.

Entonces mis amigos que aún viven en la selva,
esperan que los hombres que imponen su dinero,
no les encuentren nunca, y yo también lo espero.
Y esperamos que ese mal, un día se disuelva.

Me llevan muy solemnes, dentro de una caverna,
donde están las respuestas de la historia perdida,
que en el mundo hermoso de los dioses hay salida,
y allí todo es perfecto, sin muerte, hay Vida Eterna.

Entonces ya comprendo la forma del planeta,
comprendo todo junto... Y la forma de llegar...
Igual hubiera sido seguir la ruta polar...
Ahora entiendo todo, la historia está completa.

Por mágica ventura, tras el largo navegar,
llego a la costa cercana donde mis ancestros,
hace siglos lucharon contra ese dios siniestro
que inventó a los mortales en su demente crear.

Y allá, del otro lado, nacen las almas puras
que escapan al engaño del creador del males.
Los que cuidan la raza se vuelven inmortales,
si escuchan al Espíritu que habla en las alturas.

No altura de montaña, ni altura del afuera.
Está por dentro el camino que lleva al Interior.
Por dentro de uno mismo, despertando el Amor,
el Alma se asegura, aunque la carne se muera.

Y yo que he comprendido, del Ser, el desafío,
renuncio nuevamente al Paraíso añorado.
¡Mientras haya mortales, bajo un dios despiadado,
el querido Walhalla no será el destino mío!.

Me quedaré en el mundo mortal y sometido,
a despertar conciencias, a disolver las penas,
a liberar esclavos, a romper las cadenas
impuestas por mentiras del dios más pervertido.

Me quedaré luchando mientras el mal exista,
enseñando las mágicas runas a los hombres.
Mientras se divida el mundo entre ricos y pobres,
yo no tendré descanso, mi espada estará lista.

Aprendizaje

Sólo unas pocas cosas tenía en mis saberes,
escuchadas en las noches de mi lejano hogar,
las extrañas vivencias de su largo navegar,
que mi querido padre contaba a las mujeres.

Apenas era un niño pero sentía tanto,
que las lágrimas siempre eran incontenibles.
El Ansia estaba lista buscando lo imposible,
"¡Un día iré a los mares!", decía entre mis llantos.

Y océano por medio, ahora en la distancia,
recuerdo todo aquello e igual vuelvo a llorar.
Todo tiene sentido, no es vano mi viajar...
El Alma da el impulso con las cuerdas del Ansia.

Los rojos hombres tienen claros conocimientos
de la magia suprema del Reino Vegetal,
saben salir del cuerpo con la envoltura astral,
invocan las tormentas y detienen los vientos.

Los sonidos del Alma salen por las gargantas
invocando las Runas de Mágicos efectos.
Y vibra todo el orbe, cuando los cuerpos rectos
asumen las posturas Guerreras pero Santas.

Guerreras porque templan y hacen al hombre fuerte;
Santas porque lo elevan al orden de los dioses,
preparando la mente para supremos goces
de los que sólo sabe quien no teme a la muerte.

El Chamán se me acerca y me dice suavemente:
"Prepárate que ya la memoria de tu raza
ha entrado en nuestra sangre y contigo nos enlaza
para invocar al Uno, que existe eternamente..."

"Viniste desde lejos impulsado por vientos
más sutiles que la brisa de la mar calmada,
más potentes que el rugiente de la cresta helada...
Un soplo de tu Alma movió tus sentimientos..."

"Buscando sin apenas conciencia, tu destino,
viniste donde otrora tus parientes llegaran
y por la misma causa por la que ellos lucharan
contra los mil demonios que hay en los caminos..."

"Lucharon bravamente con el Mongula fiero
que tenía esclavo al pueblo de Hombres Rojos,
sin asustarse nunca de los oblicuos ojos,
ni de la curva espada de incorruptible acero..."

"Enseñaron a mi gente a labrar el basalto,
a fabricar los drakkars que hay en el Alto Lago,
a construir los templos adonde oficia el Mago...
A ser Libres y Dignos, sin miedo al Dios más alto..."

"Y Tú que vienes solo, atravesando mares;
que buscas sin saberlo continuar la Gran Obra
de lucha y sacrificio donde dolores sobran,
te digo que los dioses admiran tus pesares..."

"Mi raza es Roja y Aria, herencia de Titanes,
la tuya es pura esencia del Inka soberano,
Virgötch que te llamamos, y por eso, Hermano,
sabemos que Tú traes solidarios afanes..."

"Has de saber entonces que de tu antigua Europa,
vinieron clandestinos los Guerreros Templarios,
hace más de mil años, trayendo campanarios,
cinco siglos más tarde, Colón trajo sus ropas..."

"Mas no eran los mismos, los hombres que venían,
usando de pretexto y de escudo a las Coronas,
y se entablaron luchas, se dividieron zonas,
y se impuso el dinero que los jefes traían..."

"Los quipus se quedaron cual nudos del olvido,
en vez de los mensajes de solidaria esencia...
Cambiaron los gobiernos, durmieron las conciencias
el sueño de avaricia se contagió al vencido..."

"De Europa vino todo... El vikingo libertario,
la sagrada escritura de Runas y de lanzas,
la ibérica cultura, la itálica pujanza...
Pero también la usura, la idea del salario..."

"Y el último vikingo que llega a nuestra Tierra...
Nos traes un presagio de Ideas Inmortales,
auspicia tu presencia luchas espirituales,
que van a tomar forma precipitando guerra..."

"Quizá falte algún tiempo para el Gran Cataclismo
de hombres que en locuras de mal y de poder,
enfrenten a las naciones en vano perecer,
arrojando a las Almas al más profundo abismo..."

"Pero has de prepararte como hombre-dios que eres
para cumplir tu Obra de Lucha y Redención
que detrás de los tiempos busca la comprensión
de esta Humanidad que siendo ingrata, quieres..."

Y así empecé la etapa de mágicas vivencias,
pensando y aclarando el sentido de la vida;
yo que siento a mi Dios, como chispa en mi encendida,
y veo ese otro dios matando las conciencias...

En noches de silencio, sobre la Gran Montaña,
meditando profundo en el fuego de la hoguera,
la sangre se me turba, los ojos se me empañan y recupero entonces una memoria entera:

La Memoria de Alma, paisaje de otras eras,
por eso las mentiras del mundo no me engañan.
Por eso no me engañan plegarias lastimeras,
de perseguidos pueblos que la maldad apañan.

Escucho los potentes tronares de otras guerras,
terroríficas las velas, vienen cruzando el mar...
De pólvoras y cruces se infectan nuestra tierras,
¡Contra ambición y moneda no se puede luchar!.

Miles son masacrados; los valles y las sierras,
son testigos de injusto y desparejo batallar.
América fermenta, se pudre y se aterra,
con falsas independencias la logran engañar.

Las estampas de santos destruyendo lo Eterno,
y un dios crucificado pide seguir su ejemplo:
Tormentos en la vida y horror en el infierno,
esclavos del dinero lo adoran en sus templos...

Y son sus corazones más fríos que el invierno,
el látigo en la diestra, en la otra, ese dios muerto.
Mientras matan al Indio, que es Vikingo por dentro,
miles de negros llegan esclavos a sus puertos...

El fuego me despierta memorias ancestrales,
¡Un dios que atemoriza en Sagradas Escrituras!,
que impone mandamientos propios de pueblos truhanes...
¡Que busca idolatría a la par que tortura!

¡Qué confusión inmensa hicieron los rufianes,
que cambiaron la Historia con genio y con locura!
Confundir una idea produce más desmanes
que guerra y que cañón, porque arrastra a la locura.

Se mezclaron las doctrinas de la Sombra y de la Luz
en una idea insana; una intención impura,
que arrasa con las Almas sin perdonar a ninguna,
que no es el Dios del Mundo, de la Vida y de la Luz.

Es un Gran Impostor que hoy engaña a las Naciones,
que al mundo le echa culpas y le hace cargar su cruz...
que pone de rodillas a fieles y a matones,
con los miedos postmortales o con el arcabuz.

Y me devuelve el fuego, al tiempo del presente,
donde continúa su obra el plan de mal,
¡Y siento que reclama en mí el Indio ausente,
y mi sangre Vikinga que sufrió un daño igual!...

Siento clamar al fondo del Alma en mucha gente,
anhelando el Paraíso de la Vida Inmortal.
Siento el deseo intenso de destruir todo mal,
empezando por las confusiones de la mente.

Y pido al Dios Kristiano que cure sus heridas,
para quitar al mundo su faz crucificada,
reivindicar las Razas sin estar de rodillas...
¡Que se temple el arado, el Alma y la Espada!.

¡Que acabe con la historia de calvario y espinas,
y tengan los Kristianos sus frentes levantadas,
contemplando al Maestro de faz resucitada...
Que se arranquen los clavos, que quemen las astillas!.

Y me remonta el fuego al pasado más Glorioso,
con chispas persistentes, cual si quisiera indicar,
el próximo derrumbe del círculo vicioso,
y -por fin- en el Mundo, pueda el Amor imperar.

Así, desde la cumbre, irradio un pensamiento,
con el poder invencible que tiene la Verdad:
¡Se van a unir los Hombres, conscientes un momento,
de que sólo les queda defender la Libertad!.

Mas nunca la batalla, sin meditar primero,
sobre la causa clara del ideal motivo,
porque de lo contrario, se hará esclavo invasivo,
a aquel que se supone Valeroso Guerrero.

La Magia de las Runas

"Las letras han de ser lo más sagrado del Hombre
que pretenda tras la vida del cuerpo, trascender.
En ellas están las claves de magia y de saber:
Amor, Inteligencia y Poder tendrá su nombre.

El mantram AR nos dice "Custodia el Fuego Eterno",
"No derramar la Hostia", nos dice el Gran Kristiano...
Dice el alquimista: "Ni una gota fuera, Hermano,
Sube la Kundalini y jamás serás enfermo".

"Tu vida está en manos de Dios, -dice la Runa BAR-
confía en el Dios que está en tu propio sentimiento".
"Dios está más cerca de ti que tu propio aliento",
decía el Gran Esenio... más no se puede aclarar.

KAUN nos da la pauta que está en los corazones.
Nos dice: "Tu sangre es tu tesoro más preciado"
La sangre de la "Herencia", según se ha revelado,
a quien contempla el mundo aplicando razones.

"Preserva tu Yo", la Runa THOR está indicando,
para que sea siempre el mortal Feliz y Digno,
y no acepte cadena o mandato del Maligno,
y de la misma muerte se vaya liberando.

Recuerda la EHE: "El matrimonio mágico
es profunda raíz de los Arios Hiperbóreos"
El hombre sin Amor es un andante estertóreo,
mecánico muñeco con futuro trágico.

La FA, cual la más clara y tajante sentencia,
avisa: "Engendra tu propia suerte, y la tendrás"...
Según tu sentimiento has de pensar, y así actuarás.
Observa el sentir y cuídalo con la conciencia.

"Se un dios", dice GIBUR con total sabiduría,
y volverás a estar en los Reinos Naturales,
¡Fúgate de la rueda macabra de mortales
con que el Demiurgo goza en vampíricas orgías!.

El Hijo de la Virgen María os decía:
"Estas obras que Yo hago, vosotros las haréis,
y aún más grandes"... Entonces, ¿acaso no lo veis?
¡También podéis hacer los milagros que El hacía...!

"Domina el centro que está dentro de Tí mismo
-dice HAGAL-, que serás Señor del Universo".
Y romperás, por fin, las cadenas del Perverso,
que te tienen confuso y esclavo en este Abismo.

La Runa IS es el gran poder que está contigo:
"Domínate a Tí mismo y luego podrás controlar
como quieras el mayor poder de tu enemigo"
Tus rivales son el miedo, el odio y el desear.

Largo es el combate y la tierra será muy ancha,
así que al prepararte la LAF te da señales
para que no te caigas en trampas y espinales:
"Primero aprende a guiar, luego emprende la marcha".

"Se un Hombre" dice la MAN, un Hombre íntegramente,
vive conforme a los ideales más sublimes,
que sólo así te salvas, te limpias y redimes,
Constrúyete a Tí mismo y vive dignamente.

"No te opongas a tu destino, dale un sentido"
canta la Runa NOTH para el Guerrero sufriente;
no importa lo que ocurra si está limpia tu frente,
¡Que arrecie tu osadía cuando estés más vencido!"

Y en eso que el naciente rajaba el horizonte,
miré como una estrella radiaba con fulgores
cual si fuera un mensaje gritado con colores,
pero se fue acercando... ¡Casi alumbraba el monte!

Vertiginosa estela formaba en espirales,
hasta rozar la fronda y hacer vibrar el suelo...
Después pasó muy cerca, luego remontó el vuelo,
y se perdió en instantes en brumas celestiales.

El Chamán miraba mi extrañeza incontenida,
mi asombro sin pudores ante esa aparición...
- "Yo que he visto mil cosas, de aquí hasta septentrión,
nunca vi tan cercana una estrella caída."

- "No era estrella de esas que pueblan lo Infinito,
-dijo el Chamán sonriendo y mi asombro respetando-
cuando hacemos las Runas los dioses van llegando,
en sus carros de fuego, como aceptando el Rito..."

- "¿Acaso es que perciben que nuestros pensamientos
vuelven al espíritu que teníamos antes...?"
- "Ellos están alertas y siempre vigilantes;
les interesa el Hombre de puros sentimientos..."

"Ellos cuidan el mundo que habitamos por fuera,
viven el Walhalla que recuerda tu historia,
aquella que se suele perder de tu memoria
sólo porque no entiendes que allí nada se muera..."

- "Aclárame el Misterio, -le dije Yo, impaciente-
el mundo que habitamos parece piedra pura...
¿Acaso hay otro lado tras esta costra dura,
bajo el mar tan profundo, bajo el volcán caliente?"

- "¿Conoces algún ave que tras hacer su nido,
con la labor paciente que ello le requiere,
habite en otra rama, donde de frío muere,
o sus pichones tenga fuera del construido...?"

"¿Construyes una casa con chimenea y lumbre,
con enormes espacios y cómodos sillones,
para estar en el campo cuando haya chaparrones,
y hacer en el invierno tu cama en la techumbre...?"

"Si no hay hombre tan tonto que hiciera tal rareza...
¿Será posible acaso que el mundo fuera loco,
tuviera tanto espacio para albergar tan poco,
como si fuera tonta la Gran Naturaleza...?"

"Adentro está el Misterio, así en todas las cosas.
Nosotros sólo somos el enfermo elemento
que parte del pecado, cual pútrido fermento
en la cáscara externa de esta fruta hermosa..."

"Porque la Tierra es fruto de un árbol aún más grande,
en el Jardín Infinito del Dios Universal
que está en todas las cosas, dentro de un grano de sal,
en cada criatura, y el cielo en El se expande..."

"El dios que hizo al hombre mortal es un humano,
que alteró las creación perfecta del Eterno,
El Dios del Universo no es creador de infierno,
ni de muerte, ni vejez, ni sufrimiento en vano..."

"Adentro de la Tierra, Pachamama amorosa,
se encuentra la clave y todas las respuestas.
Allí está el origen de estas vidas nuestras,
allí está la Natura en todo esplendorosa..."

"Allá los animales están en puro estado,
no mueren, ni los hombres los cazan por comida;
tampoco hacen hijos a cantidad perdida...
Allí es el Equilibrio la Ley de lo creado..."

"El libro de tu raza, sabido antiguamente:
la Edda cuenta todo para quien sabe entender,
Hiperbórea es lo mismo que en el otro Gran Saber
"Paraíso... ¡Terrenal!"; lo dice claramente..."

"Continuarás las Runas. Prepárate, que el día
que esté tu corazón lleno de la Esencia Eterna
te llevaré a la entrada de la larga caverna
que lleva a la Shamballa, al Reino de Armonía..."

"Visitarás Avalon, Agartha y el Akakor,
El Dorado, que buscaban los avaros del oro,
y allí verás de Vida y Amor, reales tesoros
porque no hay codicias, esclavitud ni dolor..."

"Allí no está la muerte acechando en la serpiente
que llevamos adentro en pequeñas formaciones
del barro primordial que dirige nuestros dones.
Allí el Sol Interior cura el cuerpo del doliente..."

-"¿Acaso debo ir a la dimensión del astral,
para encontrar aquellos recónditos lugares..."
-"Nada. Irás con tu carne y tus propios andares;
el Mundo Interno es parte de este mundo material..."

-"Me excita el entusiasmo, mi espíritu reclama,
comprobación completa, la inmediata partida..."
-"No puedes todavía, porque no está vestida
tu mente con las Runas y el éter de las llamas..."

"El Ansia del Retorno ha de ser controlado,
porque el Guerrero tiene una Obra que cumplir.
Tu destino ha de estar claro para poder partir,
y volver al Combate una vez transfigurado..."

"Se transfigura el Santo que en ascetismo posa,
que sólo afecta a él sin la fuerza de la espada;
pero el Guerrero tiene otra senda ya marcada
por lucha y sacrificio, la entrega más riesgosa..."

"Entrega peligrosa a la Furia desatada,
controlando la ira, que en la lid fermenta,
cual controlar un rayo de la estival tormenta,
cual controlar un río de sangre derramada..."

"Porque no hay paz auténtica, ni ninguna virtud,
entre hombres esclavos cual los mansos corderos.
Sólo hay paz si protege el filo del acero,
mientras hayan siniestros auspiciando esclavitud..."

"No tendrás otro dios más que a ti mismo", dice ODIL,
porque el Dios Absoluto que reina sobre el viento,
que hace mundos y estrellas, los mares y el desierto,
no es la vela ni la cuerda, el cebo ni el candil..."

"El Absoluto es indiviso y es el Todo,
por lo tanto es la llama, el calor y la materia,
es el Perdón Eterno, y nunca la miseria
de oscuras maldiciones del más injusto modo..."

"ODAL, la grave nota es clave de poderes
que vas conocer cuando estés muy bien templado,
demostrando que jamás podrías ser tentado,
por creerte ser más dios que Dios en otros seres..."

"La Runa OS le dice a tu corazón valiente:
"La fuerza de tu Espíritu te da la Libertad"...
Alquimia de la Tierra que forja la Voluntad
con férreo magnetismo de marcha y sol caliente..."

"Y cuando escucha el cielo la SIEG de tu garganta,
diciendo que "El espíritu creador vencerá",
tu brazo hecho una espada la sombra cortará,
y hasta el fantasma causante del miedo, se espanta.

"Yo Soy mi Ley", dice RITH tan firme y convencida,
que los jueces injustos despiertan y meditan,
el mercenario infame y matón, dentro se agita...
Porque es la Ley de Dios en tí mismo recibida..."

"IEPUM, la Runa Madre te conmina amorosa:
Sé un digno reflejo del Absoluto Universal
para tener Su Inteligencia y Voluntad Total,
Su Llama de Amor, eternamente poderosa."

Las claves de la Magia, la verdadera y pura,
sin interés mezquino, sin máculas odiosas,
estaba recibiendo en las palabras piadosas
de aquel Sabio Maestro de la mirada oscura.

Profundo ojos hechos de Cobrizos y Arios,
Vikingos y Rojos antepasados gloriosos,
que respetan los dioses; grandes y poderosos,
que hicieron mil batallas, mas nunca mercenarios.

Sin los valores nuevos de técnica y mercado,
aquellos hombres eran esencia de lo humano,
de espíritu tan libre, de temple soberano,
que el Camino del Mago nos dejaron marcado.

El Viaje

Tras dos años muy largos de Runa y continencia,
me encuentro preparado para iniciar el Viaje.
No es una andanza astral, no hay peyote ni brebaje,
voy con todo mi cuerpo, con toda la conciencia.

Un bastón, abrigo, una antorcha en cada pierna;
la espalda bien cargada de sogas y alimento,
ganchos de buen acero para el misterioso viento...
Y la Tierra nos devora por la Gran Caverna.

Esa boca de piedra se llama raramente:
"Donde los Hombres Vuelan por la Magia del Mundo".
El sepulcral silencio no es tal, ni tan profundo,
comparado con este Silencio imponente.

La tumba tiene al menos fantasmas que remueven
las mente de los vivos, y agitan su energía,
pero la Tierra tiene una potestad bravía:
Silencios de Terrores que a las Almas conmueven.

Cada voz se repite con tonos de misterio,
igual que la memoria repite los recuerdos.
Allí cada sonido al andar es mil estruendos,
Si acaso muere el Tiempo... ¡Es este el cementerio!.

El hambre y el cansancio nos marcan nuestros días.
Por enormes escaleras, dos días de marcha.
Ahora es blanco el suelo, mojado y con escarcha...
Ni rastros del Infierno... Las piedras están frías.

Una extraña luz procede del piso y la pared,
refulgentes son los musgos, ¡Hay vida vegetal!
y asombran los mil fulgores del variado mineral
y un silencioso arroyo para calmar nuestra sed.

Mi espíritu se nutre, mi vista se embelesa,
pilares gigantescos de colorido cristal,
con vetas de oro y zafiros, combinación genial...
Orfebrería Santa de la Naturaleza...

Cada gota de agua cumpliendo su trabajo,
ni una sola piedra sobrando como escombro,
cada cosa que miro es motivo de asombro...
Disposición perfecta de todo es aquí abajo.

Cinco días nos marca el estómago exigente,
con su ciclo inalterable trabajo inevitable.
Llegamos a la zona del Viento Insoportable,
terrible laberinto en que el aire va rugiente.

Amarramos los ganchos a dos fuertes pilares
para esperar la hora en que los vientos decrecen.
Alientos del Demonio los vahos me parecen;
vienen azufrados de volcánicos hogares.

El silencio oscuro de amplitudes siderales
se transmutó en confusa sucesión de fragores,
lluvia de arena fina, plumbíferos olores,
tormenta de destellos, oleadas infernales...

Estuvimos inmóviles durante largas horas
atados a las piedras con amarras y aceros,
cubiertos con las mantas de enaceitados cueros,
entre las abrasivas ráfagas aterradoras.

Los cuerpos bien cubiertos, los ojos bien cerrados,
las manos enguantadas sujetando la manta,
mientras el viento interno aúlla, truena y canta
canciones que no tienen los mares más crispados.

Sentí a mi Maestro tocarme suavemente
como tranquilizando mi mente preocupada.
Grité que le entendía, mas yo no escuché nada;
sólo el fragor creciente, arreciando ferozmente.

Donde los Hombres Vuelan

Cuando por fin la calma volvía a la caverna,
los ojos me dolían, igual que los oídos.
Contraste terrible de silencios y sonidos,
quietudes y tormentas en sucesión eterna.

Es el Alma del Mundo, que duerme y que despierta
en diversos paisajes, y raras latitudes.
Se maravilla el Ser con silencios y quietudes...
¡De pronto lo estremece la tempestad violenta!.

Seguimos adelante el camino cavernario
hasta encontrar la Fuente del Agua Peregrina,
ella nace en silencio y discurre cantarina,
hasta formar un río en espléndido escenario.

El túnel es más liso, los cuerpos van livianos;
siguiendo el curso de agua, un hecho extraño ocurre...
El líquido por piso, muro y techo discurre,
la gravedad se pierde... ¡Camino con las manos!

El Maestro me mira de reojo y sonriente,
"Donde los hombres vuelan, Amigo y Camarada,
porque estamos ahora en medio de la andada,
en medio de la Tierra que atrae intensamente."

"El arriba es afuera, el abajo es adentro,
mil kilómetros de piedra en la cáscara dura.
Verás la Tierra interna donde en un tercio apura
por menos tu peso, y un rojo sol en su centro."

La siguiente jornada más cálida y tranquila;
parte del peso de los cuerpos recuperado,
y la extraña sensación sin sueño: ¡Haber volado!...
La solución del Gran Secreto, al fin se perfila.

Quince días totales de andar por Pachamama;
el asombroso mundo que sin saber pisamos,
la Tierra prodigiosa que algunos respetamos
y otros se creen dueños de ahogarla en una llama.

Abriendo los Ojos

Salimos de la gruta entre la selva espesa,
el rojo sol interno brillando eternamente,
y unos hombres perfectos nos miran buenamente,
cual hogueras que miran, piadosas, sus pavesas.

Allí en ese momento, entre tales personajes
comprendí que sólo somos sombras sin Libertad,
de lo que el mortal debiera ser en la realidad
de la Natura humana de Primordial Linaje.

Somos dioses mortales, cual Sócrates dijera;
somos sombra de Hombres, ¡Involutiva especie!
Quien de Hombre, en su Interior realmente se precie,
¡Que vuelva la mirada a la Raza Primera!

Que olvide las teorías tan mal intencionadas,
que dicen que los hombres, para llegar al cielo,
debieran arrastrarse sufrientes en el suelo.
¡El Alma y la Materia son cosas hermanadas!

Adentro de la mente los demonios anidan,
y no en el Infierno volcánico de mundo.
En el corazón mismo del hombre está lo inmundo
que lo somete a las pasiones que lo liquidan.

Ciertamente que la causa del primer desvío
estuvo entre los dioses, ¡Ellos son anteriores!
Y nuestro cruel motivo de ansias y terrores
está en uno de ellos, de locos desvaríos.

Aquel que claramente describen las historias
de todos los pueblos que nos cuentan el inicio:
El Dios del Universo no es el del suplicio;
¡es otro dios infame el que nos hizo escoria!

Un Hombre Primigenio de enorme inteligencia
que lejos de si mismo se olvidó del Amor,
que usurpó las facultades propias del Creador,
adulterando el orden genético en su ciencia.

Para tener esclavos, mortales inferiores,
adoradores ciegos para él sentirse grande,
sirvientes que obedezcan la aberración que mande...
Como ganado humano enfermo de terrores.

Aún la bestia guarda control sobre el rebaño;
engaña con diversión, consuelos y fulgores,
noticias y teorías de todos los colores,
y asegura con droga y con alcohol, el engaño...

El regreso a la Tierra del Mal fue doloroso;
es duro volver adonde sufre y muere todo,
donde cunde la codicia y la mentira es modo
normal para todo lo que hace el Poderoso.

¡Cuántas cosas claras han visto pudiendo entender
mis ojos en este mundo de interna dimensión!
Sólo un pequeño mensaje que no acepta discusión,
he traído a las conciencias que buscan trascender:

Peregrinos del Ansia del Retorno

Hermanos Peregrinos del Ansia del Retorno,
levantad vuestras copas con el Vino Sagrado,
apurad vuestro Cáliz y salid de este Horno.
Luchad para volver al Paraíso añorado.

Veréis tras el Triunfo de la Estirpe Guerrera,
cómo en esta Tierra nuestra mortal Humanidad,
se cura y se redime, y por fin recupera
la Gloria de los Hombres en su sana Libertad.

Mérito indiscutible tendrán vuestras Espadas
que supieron, invencibles, combatir con Honor,
con Lealtad Eterna a la Causa Sagrada,
con la Dignidad de dioses, y con Divino Amor.

Seguid las pautas claras que el Dios Kristo os enseñó,
son las mismas que diera nuestro Gran Guía Wotán,
al que ni arpía ni espada jamás lo doblegó.
Los dioses del Walhalla... ¡Esperándoos están!.

Pero entended Hermanos, cuál es el desafío:
Para volver triunfales, por fin al Paraíso,
habréis de transmutar la gran obra del Impío,
recomponiendo el Orden, que el Demiurgo deshizo.

Haréis de las Walkirias que os han acompañado,
vuestras Reinas Amadas y Vírgenes Vestales,
y con la Pura Magia que se os ha enseñado,
quitaréis a la carne los defectos fatales.

El último combate que libraréis, Hermanos,
al igual que el primero, contra el Demonio Interno,
será ese de la sangre de mortales humanos,
y ser Hombres Perfectos en el Camino Eterno.

Por eso a las Mujeres, amad con devoción;
no con la ciega entrega que quita la substancia,
no con el loco anhelo que es indómita pasión,
sino en Mágico Amor, cual mágica es el Ansia.

Amad a todo el mundo, porque vuestra Espada Hostil,
ha sido consagrada a la Misión más Sublime,
destruye al esclavista, al malvado, y hiere al vil,
pero es vuestro Amor Puro, bálsamo que redime.

Veréis en adelante cómo se cambia el mundo,
cómo cambia la vida de los antiguos muertos,
en verdadero vivir, auténtico y rotundo,
entre árboles añosos, entre vides y huertos.

Veréis en grandes bosques jugando vuestros niños,
sin triste incertidumbre, sin porvenir oscuro
sin hambres y sin muertes, repletos de cariños,
Herederos Perfectos, sin dudas del futuro.

Allí vuestras Espadas han de hallar el reposo,
y empuñaréis arados de acariciar la tierra,
y Ella os dará los frutos, que en Paz serán hermosos,
en vez del fruto amargo que a veces da la guerra.

Mas no olvidéis Hermanos, Peregrinos del Ansia,
que aún quedan combates y deberéis soportar
sus tristes ocasiones, peligros y distancia...
¡Recordad la gran clave, que es jamás abandonar!

Estáis en este combate que vuestro enemigo,
no tiene la Conciencia que le permita entender
que aún hasta por ellos tomáis este castigo
de batalla incesante, y de duro padecer.

Mas les veréis un día, que no está tan lejano,
renacer con sus karmas según sus pensamientos,
y veréis la Justicia obrar con dura mano,
con aquellos que buscan hacer sometimiento.

Y Vosotros, Guerreros, del Ansia Peregrinos,
daréis también a ellos protección y cuidado,
magnánimos daréis vuestros panes, vuestros vinos.
Así es como los dioses superan el pasado.

Así es como los dioses que sois, aunque mortales,
os ganaréis la dicha de ser Hombres Perfectos.
Liberaréis al Mundo de lazos infernales,
curando sus heridas con vuestro Amor selecto.

Os dejo, Peregrinos del Ansia, un mensaje,
de los dioses que esperan vuestro Triunfo Final.
Haced al Absoluto el único homenaje:
¡Convertíos en Hombres dioses, de Sangre Inmortal!

Ramiro de Granada

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