martes, 16 de diciembre de 2008

Práctica de compostaje. Sanando el planeta


Experiencia de “Semillas al viento” en compost



Por : Andrea Giradini


Somos un pequeño grupo de vecinos que nos estamos juntando para construir un lugar humano y físico a conciencia, que mejore nuestra calidad de vida. Comprendiendo al Ser Humano como una totalidad indivisible en todos sus aspectos biológico, psicológico, social, espiritual y ambiental.



Nuestro espacio es de tres cuarto de hectárea. La tierra al ser de relleno no es muy fértil. Pero de a poco la estamos transformando.

El 22 de julio de 2006 comenzamos a hacer compost (1) en “Semillas al viento”.(2)

Al principio traíamos los restos orgánicos de la cocina de nuestras casas (cáscara de frutas, papa, yerba, saquitos de te, etc…).

Las cocineras y porteras de la escuela Nº 170, siempre atentas en guardarnos los restos orgánicos de la cocina. Una vez por semana contamos con una gran bolsa de cáscara de papa, además de yerba usada…

Nuestro amigo Paladín con su auto nos trae hojas y la poda que hace en su terreno.

Después nos acercaríamos a los vecinos con un escrito para que recuerden que restos orgánicos nos deben entregar. Hugo se encarga de retirar de las casas los restos orgánicos y los sumamos a la abonera.




A la izquierda la tierra nativa, a la derecha luego
del tratamiento por medio del compostaje.

Cuatro son los vecinos que colaboran con los desechos de sus animales: dos vecinos que tienen caballo, ellos nos acercan la bosta. Además conocimos a una vecina que nos separa el estiércol de sus conejos y otra el de sus gallinas.

Cenizas de brazas también le incorporamos al compost. Nos va juntado una señora santiagueña que cocina y vende tortilla.

Cada 15 días más o menos según el clima humedecemos y aireamos nuestro compost. Así estamos teniendo en cuenta a los microorganismos y lombrices que se encuentran allí.

Para evitar olores y rápida descomposición en verano, pedimos a la gente que los envuelva con unas hojas de papel de diario.

Ahora estamos pesando en entregar latas medianas para que ahí acumulen lo orgánico y así evitar el uso de tantas bolsitas de plástico.




Las lombrices californianas que aceleran y mejoran
la calidad de la tierra.

Muchos que visitan “Semillas al viento” se interesan por esta práctica. Ahí aprovechamos para incentivarlos a que hagan lo mismo en sus casas. En cajones de verduras o de pescado si tienen poco espacio. Piden y/o a veces ofrecemos lombrices rojas. Nuestras queridas colaboradoras que reciclan los restos orgánicos.

Muchas veces naturalmente comenzaban a crecer plantas de zapallo arriba de algunas pilas de compost. Las dejábamos y luego lo mejor: la cosecha. La última cosecha la hizo Ramón.


Ramón cosechando zapallos

La parte divertida es zarandear (colar) la transformación. Los chicos colaboran más en esta tarea.

Este HUMUS formado lo utilizamos para nuestros cultivos. Ubicamos una capita alrededor de las plantas para que se nutran y crezca mejor. Así al cosechar los alimentos son más saludables.

El HUMUS lo mezclamos con tierra menos fertilizada, común y le agregamos un poco de arena. Para preparar almácigos.

También estamos experimentando en un cajón de madera un lumbricario.


Una vez leí: “El compost es el corazón de la huerta”. ¡Cuánta verdad!. Si la tierra es fértil es raro que haya desequilibrio en la huerta como ser aparición de plagas y enfermedades. También hay que recordar la importancia del mantillo en la huerta, porque además de aportar materia orgánica, nutrientes, protege la tierra del desecamiento a causa del sol y mantiene la humedad.

Hacer compost, como nos decía nuestro amigo Antonio Urdiales Cano , “Te cambia la Vida”. Poder transformar algo inútil y repugnante, en algo útil, tierra de primera calidad, es grandioso. Y si uno lo logra podrá también hacer lo mismo con su interior.

Acá va mas clara una de las 10 reflexiones de nuestro amigo:

“Buscarás tu basura interior, la perdonarás y la convertirás en fuerza.
A la basura interior llámela vanidad, ambición, egocentrismo, manipulación, etc., según sea su caso. Para entender cabalmente este mandamiento es necesaria una experiencia previa. Hay que aprender a hacer compost sin la formación de líquidos ni olor a podrido. Las personas que han hecho esto han sentido que transformaron algo inútil y repugnante en agradable y valioso, también se han preguntado ¿Qué pasa si hago esto con otras cosas de la vida?”


Rubén, Carmen y Anibal trabajan en el compost.

Notas:
(1)- se le denomina compost a la basura orgánica invadida por bacterias que sufre un proceso de transformación convirtiendose en humus enriquecido por minerales. El proceso suele tardar de 5 a 8 meses; convirtiendose en el fertilizante más potente que existe y sin contraindicaciones.

(2)-

ISIDRO CASANOVA, La Matanza

www.semillasalviento.org.ar

4.669.7798 / 15.6000.8315

Movimiento Ecológico de Isidro Casanova

Personería Jurídica Nº 16313

Entidad de bien público N° 1412









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