lunes, 30 de marzo de 2009

Medicina Demiurgica XIV

La nueva Medicina

"Renunciar a la materia muerta, a los citostáticos, a las radiaciones y al bisturí, a los marcadores tumorales, a los receptores, a las muestras, a los edificios esterilizados, a la medicina nuclear, en pocas palabras, apartarse de los grandes centros e instalaciones de exterminación de tumores y de pacientes conduciría a una quiebra, si no total por lo menos parcial, de ramas enteras de la industria .Y no serían tan solo las industrias farmacéutica y médica las que correrían esta suerte..."
Dr. Harry Watt, Munich


Como homenaje y solidarizandome con la heroica lucha del Doctor Hamer, a continuación expondré sus descubrimientos, para que nosotros los goim, aunque sea de "oído" sepamos de que se trata.


La ley del hierro del cáncer

Se lama de "hierro" porque es una ley inalterable, como toda ley es reproducible y verificable, es una ley biológica. Hasta el momento de su inhabilitación la ley fue comprobada en 11.000 personas.

1. Todo cáncer se inicia por un Síndrome Dirk Hamer, es decir, por un choque extremadamente brutal, un conflicto agudo y dramático vivido en el aislamiento, y percibido por el paciente como el más grave que jamás haya vivido.

2. Es el grado subjetivo de conflicto, la forma en que el paciente lo ha experimentado en el momento del Síndrome Dirk Hamer, su matiz, lo que determina:
a. el Foco de Hamer, es decir, la zona específica del cerebro que bajo la influencia del choque psíquico, sufre una ruptura de campo y da las directrices anárquicas a las células del órgano dependientes de esta zona.
b. la localización del cáncer en el organismo.

3. Hay una correlación exacta entre la evolución del conflicto y la del cáncer, en su doble nivel cerebral y orgánico.

4. Si el conflicto se complica con nuevos conflictos secundarios (por ejemplo, la angustia de saber que se tiene un cáncer), una nueva zona del cerebro puede resultar afectada, y un nuevo tumor aparecerá en el órgano correspondiente (lo que en medicina clásica se denomina metástasis).

5. Una vez que el conflicto desaparece, la zona cerebral afectada deja de dar órdenes anárquicas. Reanuda su trabajo sobre el campo tal como lo realizaba anteriormente. Las células cesan en su anárquica proliferación. Se detiene el cáncer.
Tras la suspensión del conflicto, la zona perturbada del cerebro tarda un cierto tiempo en recuperarse. Para sanar, se rodea de un edema intra y perifocal

6. final del conflicto, el cerebro ordena igualmente la regeneración del órgano enfermo. El tumor se repara (edema peritumoral, ascitis, derrame pleural, pericárdico), se enquista, se modifica en función de su localización, sea a través de una contracción cicatricial (senos, abdomen), sea por reconstitución (recalcificación de las lesiones osteolíticas), sea por expulsión (cavidad bucal, recto, vagina, etc.)

7. Este período de reparación transcurre con fatiga, dolores y edemas, síntomas estos que pueden suavizarse según la terapia preconizada por el Doctor Hamer.

8. Una vez finalizada esta fase de curación, que se desarrolla sincrónicamente a triple nivel psico-cerebro-orgánico, la tumefacción local debida a la edematización cerebral desaparece y nuestro organismo recupera la salud

9. existe ya un gran número de enfermedades que pueden deducirse de la Ley de Hierro: esclerosis de placas, Parkinson, poliartritis, diabetes, eczema, asma, zóster, úlcera, depresión nerviosa, enfermedad mental, la leucemia se conforma exactamente a esta ley: tiene por origen un grave conflicto de desvalorización de sí mismo

LOs Focos de Hamer y terapeútica
(Por el doctor Harry Watt)
Las modificaciones acontecidas en las áreas cerebrales son denominadas con el término Focos de Hamer, y son observables en el cerebro. Durante la fase activa del conflicto se observa un estado vasoespástico que, una vez resuelto el conflicto, deja lugar a un edema intra o perifocal. Llegado el caso éste puede representar un peligro mortal (cuando se da, por ejemplo, en el tronco cerebral). Sin embargo, y por sí mismo, este edema que la medicina académica interpreta erróneamente como una metástasis cerebral anuncia únicamente la fase de curación.
Es el código erróneo que emite el área cerebral afectada durante la fase vasoespástica lo que induce a la proliferación tumoral en el órgano-diana. Este crecimiento se produce tan solo durante la fase vaso-espástica de la actividad conflictual. Una vez esta fase ha concluido, es decir, cuando el conflicto ha quedado resuelto, la proliferación se interrumpe y, en función de los tipos específicos de tejidos histológicos, se produce un enquistamiento, una restitución cicatricial o una reducción bacteriana.
La rigurosa correlación existente entre perturbación de la esfera comportamental, la función cerebral (Focos de Hamer) y la enfermedad orgánica, concuerda precisamente con el origen embrionario de los órganos, o más concretamente, con los componentes orgánicos por un lado, y por otro con las partes del cerebro que se han ido desarrollando sucesivamente en las diferentes etapas de la evolución. Es así como los Focos de Hamer, que se corresponden con los tumores malignos de los tejidos de origen endodérmico, se localizan en el tronco cerebral, en tanto que los de los tejidos de origen mesodérmico se localizan, bien en el cerebelo, bien en la médula cerebral, y los casos que se producen en los tejidos de origen ectodérmico se encuentran localizados en el córtex cerebral.
Actualmente, la Ley de Hierro del Cáncer se enuncia como sigue:
• Primer criterio: toda enfermedad de cáncer se inicia con un S.D.H. (Síndrome Dirk Hamer), es decir, con un choque conflictual extremadamente brutal, dramático y vivido en soledad que, en el momento en que se produce el Síndrome Dirk Hamer provoca en el cerebro un Foco de Hamer, y también en ese mismo instante, el arranque de un cáncer en el órgano.
• Segundo criterio: en el momento en que se produce el Síndrome Dirk Hamer, el tipo de conflicto determina a la vez la localización cerebral del foco de Hamer y la localización del tumor canceroso en el órgano.
• Tercer criterio: a partir del Síndrome Dirk Hamer, existe una correlación entre la evolución del conflicto, la modificación del Foco de Hamer en el cerebro y la modificación del tumor canceroso en el órgano.
El Sistema Ontogenético de los Tumores se anuncia así:
Primero: A las tres capas embrionarias les corresponden tipos específicos de tejidos histológicos parecidos, sí no idénticos. Sin embargo, la capa embrionaria media o mesodermo, se subdivide en un mesodermo antiguo (o mesodermo cerebeloso), y un mesodermo nuevo (o mesodermo cerebral). El mesodermo cerebeloso tiene un comportamiento análogo al del endodermo del tronco cerebral, en tanto que el mesodermo del cerebro se comporta como el ectodermo cerebral.
Segundo: Cuando un Síndrome Dirk Hamer provoca un Foco de Hamer, las esferas orgánicas correspondientes a este foco de Hamer presentan una reacción específica, en función de la capa embrionaria de la que se derivan:
Endodermo Foco de Hamer en el Tronco cerebral.
Carcinoma adenomatoso (tumor: proliferación de tejido).
Mesodermo Foco de Hamer en el Cerebelo.
Carcinoma compacto (tumor: proliferación de tejido).
Foco de Hamer en la Médula cerebral.
Carcinoma necrótico (tumor: desaparición de tejido).
Ectodermo Foco de Hamer en el Cerebro.
Carcinoma ulcerativo epitelial (tumor: desaparición de tejido).
Tercero: La fase de curación consecutiva a la solución del conflicto difiere mucho según sea la capa embrionaria.:
• Endodermo: se detiene el crecimiento celular, se produce un enquistamiento o una reducción bacteriana, por ejemplo, por medio de los bacilos de la tuberculosis.
• Mesodermo:
1. Mesodermo cerebeloso: se detiene el crecimiento, se produce un enquistamiento o reducción bacteriana tal como en el endodermo. Por ejemplo, en el carcinoma mamario.
2. Mesodermo cerebral: se produce una restitución, con tumefacción y crecimiento abundante como en un sarcoma o, tras una osteolisis, un exuberante callo como el osteosarcoma. La proliferación abundante es absolutamente inofensiva y cesa espontáneamente al final de la fase normal de curación.
• Ectodermo: tendencia a la expulsión de la necrosis ulcerosa con restitución o restitución cicatricial.
La terapéutica.
En la terapéutica del cáncer, el Doctor Hamer distingue tres niveles:
1. En el plano psíquico, una terapéutica inspirada en el sentido común. Se observará en principio que el paciente sufre con un conflicto del que hasta entonces no ha podido hablar. Algunos conflictos vienen determinados por el entorno, por lo que sería necesario empezar tratando el ambiente o como mínimo, los más allegados, cosa a menudo imposible. En fin, lo que resulta determinante es lo que produce el conflicto, importando poco que, visto de forma objetiva, nos parezca grave o insignificante. Desde el momento en que para el paciente reviste capital importancia, es esencial que se lo tenga en cuenta, de donde vemos la necesidad de comprender a fondo el punto de vista subjetivo del paciente. En efecto, desvelar el conflicto es el punto crucial de la terapéutica, ¡para esto no existen esquemas, modelos o planos preconcebidos!
2. A nivel cerebral, conviene seguir atentamente la evolución, y poner a punto una terapéutica de las complicaciones cerebrales.
Los edemas cerebrales consecutivos a la conflictolisis pueden ocasionar serias complicaciones. Sin embargo, éstas pueden ser controladas con la cortisona, etc., aun a riesgo de prolongar la fase de curación. Por ejemplo, si enfocamos evitar una tumefacción amenazadora que puede producir consecuencias graves, es indispensable efectuar un escáner cerebral que informe acerca de la evolución general de la enfermedad. Es especialmente recomendable efectuar un escáner cerebral como punto de partida, que irá sirviendo luego como base de comparación, y permitirá eventualmente descubrir nuevos focos posteriores.
3. A nivel orgánico, la terapéutica de complicaciones orgánicas trata únicamente las secuelas producidas por cánceres desactivados, es decir, inofensivos, que puedan ocasionar molestias mecánicas (pequeña cirugía), o bien, remedia complicaciones aparecidas durante la fase de curación. Por ejemplo, el drenaje de la ascitis o del líquido del pericardio. En cuanto a la curación del cáncer, es totalmente inútil ponerse a recortar o a eliminar órganos.

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