miércoles, 18 de febrero de 2009

Expandiendo Conciencias V

MARX AL DESNUDO V (final)


“Sin pagar el tributo al dinero no llega ni un cigarro desde la fábrica hasta el fumador. Que el fabricante rebaje los precios, o el consumidor ofrezca más, esto es indiferente para el capitalista; el interés lo percibirá él de todos modos. Luego el interés básico se agrega sencillamente a los demás gastos comerciales, los que en general representan la retribución por el trabajo empeñado. El carrero da comida a los caballos, engrasa los ejes, suda y blasfema; es justo que se le pague por eso. El comerciante atiende su negocio, paga los alquileres, calcula y reflexiona; es necesario que reciba algo también por ello. En cambio, el banquero, el rentista y el prestamista, ¿qué hacen ellos? “
Silvio Gesell.(3) “El Orden económico natural”


Decíamos que Kissel Mordecai (Marx) había descubierto la plusvalía, observó que el trabajador poseía como capacidad su fuerza de trabajo, mientras el burgués, llamado por él – el capitalista- proveía de las maquinas industriales más la materia prima, es decir el capital; de esta forma la materia prima sufría su transformación mediante las maquinarias y la fuerza de trabajo empleada por el obrero. A partir de allí la mercancía comienza su proceso de circulación (el mercado) , la cual era valorada y el precio obtenido de ella , un excedente entre el salario y la materia prima representaría el plusvalor o plusvalía.
Para precisar: El precio final del producto se compone de:

- La mano de obra
- La materia prima
- Las cargas sociales
- Los gastos de fabricación
- Los gastos de comercialización
- Los gastos de administración
- Los gastos financieros
- La tasa de ganancia.


A partir de aquí se puede deducir que el industrial / empresario se provea de mano de obra barata para , así, obtener un excedente más abultado, es una de las leyes del juego utilizadas en el mercado y una acertada visión de Marx, pero también , una parcializada y subjetiva visión de la economía marxista .

Veamos:

“Una concepción peregrina de la función del capital–dinero es la que sostiene Proudhon (Gratuité du Crédit. Discussion entre M. Fr. Bastiat et M. Proudhon, París, 1850). Proudhon consi¬dera que el prestar es censurable porque no es vender. El prestar a interés “es la posibilidad de volver a vender constantemente el mismo objeto obtenido constantemente al precio correspondiente, sin ceder jamás la propiedad sobre el objeto que se transfiere”* (p. 9). El objeto, dinero, una casa, etc., no cambia de dueño como en la compraventa. Pero Proudhon no ve que al entregar el dinero en forma de capital a interés no se recibe a cambio de él ningún equivalente. Indudablemente, en todo acto de compra y venta, siempre y cuando que medie un proceso de intercambio, se traspasa el objeto sobre que el acto recae. Se cede siempre la propiedad del objeto vendido. Pero no se cede el valor.” Marx.

Aquí Marx descalifica a Proudhon (4), tal como lo realiza en toda su obra. Se observa en los hechos la existencia de un especial interés en desautorizar a Proudhon y su visión. Abajo tocaremos un poco el tema, lo cierto es que Proudhon y sus teorías les metía miedo a los Rostchilds por acercarse al nudo del entuerto capitalista , mientras que Marx le da una manita a la banca. Observen la correcta apreciación de Proudhon al hablar del dinero crédito: “es la posibilidad de volver a vender constantemente el mismo objeto obtenido constantemente al precio correspondiente, sin ceder jamás la propiedad sobre el objeto que se transfiere”. Marx lo refuta diciendo: “Proudhon no ve que al entregar el dinero en forma de capital a interés no se recibe a cambio de él ningún equivalente”. Recibe nada más ni nada menos que mayor cantidad de dinero sin trabajo alguno!!... Recibe,- a decir del economista Carlos Ragonesi – “Capacidad de compra a cambio de nada” .Estamos hablando de la moneda –crédito: “moneda falsa de curso legal” a decir del propio Trotsky un hombre de la elite.

Nos va a decir señor Marx que se le ha escapado el detalle?!!....

Continuamos con la refutación a Proudhon:


“En realidad –dice Proudhon–, el fabricante de sombreros que vende sus sombreros...obtiene su valor, ni más ni menos. Pero al capitalista que presta dinero... no sólo se le devuelve su capital integro, sino que recibe más de lo que lanza al cambio, pues percibe, además del capital, un interés.” ([Ob. cit.] p. 69.) El fabricante de sombreros ocupa aquí el puesto del capitalista productivo por oposición al prestamista. Evidentemente, Proudhon no ha logrado comprender el secreto de que el capitalista productivo pueda vender mercancías por su valor (la compensación a base de los precios de producción es aquí, en su concepto, indiferente) y precisamente de ese modo obtener una ganancia sobre el capital lanzado por él al cambio. Supongamos que el precio de producción de 100 sombreros sea = 115 libras esterlinas y que esta produc¬ción coincida por casualidad con el valor de los sombreros, es decir, que el capital que produce los sombreros tenga una composición social media. Si la ganancia es = l5%, el fabricante de sombreros realizará una ganancia de 15 libras esterlinas vendiendo las mercancías por su valor de 115. A él sólo le cuestan 100 libras. Si produce con su propio capital, se embolsará íntegro el sobrante de 15 libras esterlinas, si produce con capital prestado, tendrá que pagar como intereses 5 libras, supongamos. Esto no al¬tera en lo más mínimo el valor de los sombreros, sino solamente la distribución entre diversas personas de la plusvalía contenida ya en este valor.”

Según Marx , sólo se trata de compartir las ganancias con el prestamista , vaya , vaya , que resultó generoso el hijo de David , por un lado mete el grito en el cielo cuando se explota al obrero , mientras por el otro hay que dejar al banquero que comparta las ganancias del obrero y del fabricante sin chistar ¡!... Esto es lo que se dice ser objetivo ¡!

Acá no queda la cosa, más abajo, resulta ser que Marx, coincide con Proudhon, aunque con algunas trampitas, leemos:

“Es en el capital a interés donde la relación capitalista cobra su forma más exterior y más fetichista. Aquí nos encontramos con D¬ –D', dinero que engendra más dinero, valor que se valoriza a sí mismo, sin el proceso intermedio entre ambos extremos D – D': estamos ante el punto de partida primitivo del capi¬tal, ante el dinero de la fórmula D + M + D’ reducido a los dos extremos D – D', donde D' = D + á D, o sea, dinero que engendra más dinero. Es la fórmula general y primitiva del capital, condensa¬da de un modo absurdo. Es el capital terminado, la unidad del pro¬ceso de producción y el proceso de circulación, fuente, por tanto, de plusvalía al cabo de un determinado período de tiempo. Bajo la for¬ma del capital a interés aparece esto directamente, sin la mediación del proceso de producción y de circulación. El capital se revela aquí como una fuente misteriosa y autóctona de interés, de su propio in¬cremento.”

Resulta que el Dinero engendra más dinero, bien, hasta ahí estamos de acuerdo, pero a Marx esto le resulta un absurdo ¡! Y encima le echa la culpa al Valor, y para rematarla denuncia su origen como una fuente misteriosa y autóctona de interés ¡!
Como se ve Marx se contradice a sí mismo, incluso en su teoría del Valor, donde por un lado le otorga Valor a la fuerza de trabajo del obrero, mientras que arriba le otorga valor al dinero – crédito.

Y como si eso fuera poco más abajo afirma:


“El dinero tiene la virtud de crear valor, de arrojar interés, lo mismo que el peral tiene la virtud de dar peras.”....

De aquí podemos afirmar sobre la:


4ª TRAMPA MARXISTA = Por una parte habla que el capital financiero no puede originar valor hasta tanto no se utilice como capital industrial y por otro en suma CONTRADICCIÓN con lo primero defiende la valorización del capital financiero y por ende el INTERES.



A este respecto, sobre la teoría marxista del valor , también nos alerta Silvio Gesell y dice:


“Por otra parte, Marx, que en sus estudios de economía política partía de la teoría del valor, decía: "El valor es un fantasma". No obstante lo cual procuró rebatir al fantasma en tres libros voluminosos. "Si abstraemos -decía Marx- de las substancias elaboradas, las cualidades corporales, queda tan sólo una propiedad, el valor"....

Quien acepta estas palabras escritas al principio de la obra "El Capital" sin descubrir en ellas algo sospechoso, puede seguir leyendo tranquilamente. Ya no se pervertirá. Pero quien se plantee el interrogante: ¿qué es una cualidad separada de su materia?...

La abstracción que hace Marx no puede demostrarse en ningún crisol. Así como se desprende por completo de nuestro entendimiento, también se divorcia de todo lo material. Pero es de extrañar que esta completa abstracción tenga, sin embargo, otra propiedad más: su origen en el trabajo humano Ciertamente es una "propiedad rara" que se presta a convertir un idioma en jerigonza. De acuerdo con esto también el dinero alemán tendría otras cualidades, según proceda su materia del tesoro de los hunos, de los miles de millones manchados de sangre, o bien de los puños honrados de los buscadores de oro...

Pero si tal fuera, si Marx confundió el origen y la historia de las mercancías con sus cualidades...

Pero si la teoría del valor es realmente la base de la ciencia económica, ¿cómo se explica, entonces, la completa ausencia de ese valor en la esfera comercial?... En las transacciones diarias sólo encontramos precios determinados por la demanda y la oferta, y el comerciante que habla del valor de una cosa entiende con ello el precio probable que podría obtener bajo ciertas circunstancias de tiempo y lugar. El valor es, pues, una estimación que por ajustamiento de la transacción se convierte en una cantidad exactamente medida de bienes de intercambio, o sea en el "precio". El precio puede calcularse con toda precisión, el valor sólo puede estimarse. Esto es toda la diferencia, y, por consiguiente, la definición del concepto "precio" debe ser aplicable tanto al precio como al valor. Una teoría del "valor" está demás.

Ciertamente quien, con Carlos Marx, afirma que las mercancías se cambian solas y en relación con "su valor", no necesita usurear, no necesita explotar situación precaria alguna, puede reducir al hambre a sus obreros, despojar a sus deudores por la usura sin remordimiento de conciencia, desde que la usura, en ese caso, no la comete él sino el objeto, su propiedad. No es él que cambia, sino el vino que se cambia por seda, trigo, cuero La mercancía efectúa pues el negocio, y eso a base de "su valor".

Pero quien no alcanza a comprender esa cualidad misteriosa especial de las mercancías, el llamado "valor", y quien, por lo mismo, considera el intercambio de los productos como una actividad, las mercaderías y las condiciones del mercado como un instrumento de esa acción, no encontrará, cómo ya hemos dicho, ninguna directriz para tal acción más que el deseo que anima a todos los poseedores de mercaderías: dar lo menos posible y recibir el máximo posible. Observará en cada caso de intercambio, en las conferencias sobre salarios como entre los corredores de bolsa, que todos los interesados se informan sobre las condiciones del mercado, sobre si el comprador está muy necesitado de la mercancía y se cuidará especialmente bien de demostrar su propio apremio por vender su mercancía. En fin, se convencerá de que los principios del usurero son los que rigen generalmente en el comercio, constatando, que entre comercio y usura sólo hay diferencia de medida, pero no de forma. El poseedor de mercancías, el trabajador, él bolsista, cada cual trata de explotar la situación del mercado, del pueblo en general. El usurero profesional dirige sus ataques con preferencia contra una persona; esta es quizás toda la diferencia entre comercio y usura.
Por eso repito: El afán por obtener el beneficio mayor posible, por la prestación menor posible, es la fuerza que rige y domina el intercambio de bienes.”

Con respecto a Proudhon , decíamos sobre su teoría que se encontraba mucho más cercana de solucionar los problemas de usura y especulación creados por los amos del Capital , mientras Marx , a pesar de tanto análisis y tantas vueltas sólo terminaba dejando las cosas como estaban : El poder en mano de la banca cosmopolita, creando una filosofía de Capitalismo de Estado , expropiando el capital para ser explotado por un grupo minoritario enquistado en el gobierno ,mientras el resto de la sociedad se le distribuían las riquezas en detrimento de la clase media , igualando la sociedad hacia abajo , creando un ejercito de hormigas trabajadoras vigiladas absolutamente por un puñado de enfermos satisfechos de poder.

Mientras Marx asegura que el dinero es tan sólo otra mercancía, y entre estas, rigen iguales equivalencias, Proudhon observa todo lo contrario, deduciendo que si se establecía a la mercancía el mismo predominio ostentado por la moneda, los dos elementos terminan por equilibrarse mutuamente. El problema es que Proudhon no terminó de comprender en forma global el poder fáctico y psicológico del dinero, se le escapó la función de ahorro del mismo y su banco de cambio fracaso. Así todo Proudhon observó el interés generado por el dinero. Marx ve al Capital como un bien material, Proudhon, en cambio observa que la plusvalía / interés es generada por una situación particular del mercado. De aquí el primero crea su teoría de la explotación y la toma del poder para cambiarla , mientras el segundo plantea eliminar el obstáculo y declararle la guerra al interés, viendo en las huelgas ,principal arma marxista , un error mayúsculo y propone la superproducción para la desaparición del interés. :


”La moneda es un guardia que, apostado a las entradas de los mercados, tiene la consigna de no permitir el paso de nadie. El dinero, así lo creéis vosotros, es la llave del mercado (debiendo entenderse en este caso por „intercambio de productos“) eso no es cierto el dinero es un cerrojo“

Este último aspecto es explicado por S. Gesell en el siguiente párrafo:



“Poco antes del estallido de la guerra mundial (de 1914), cuando los desesperados propietarios de casas en los suburbios de Berlín clamaban contra la baja de los alquileres vale decir de la plusvalía (renta) , y en todos los diarios burgueses se hablaba muy seriamente de la „furia de la construcción“ de obreros y constructores y de la „peste de edificación” que reinaba en el capital inmobiliario, fue posible observar la verdadera naturaleza del capital en toda su miseria. Ese capital, tan temido por los marxistas, muere de „peste de la edificación“, huye ante la furia de la construcción de los obreros! ¡Si Proudhon y Marx hubiesen vivido todavía! ¡Dejad de construir! hubiese dicho Marx quejaos de la desocupación, mendigad a causa de ella; además, ¡huelgas! Pues cada casa que construís aumenta el poder de los capitalistas, como que dos y dos son cuatro. La potencialidad del capital se mide por la plusvalía, y ésta por la tasa de intereses. Cuanto más elevada es la plusvalía, el interés de una casa, tanto más poderoso es indudablemente el capital. Por eso os recomiendo, abandonad esa furia incontenida de la construcción; exigid la jornada de trabajo de ocho, de seis horas, pues cuantas más casas edificáis, tanto mayor será naturalmente la plusvalía, y el alquiler de las casas es plusvalía. De modo que ¡fin con la peste de la construcción! cuanto menos construyáis, tanto más baratas serán las viviendas que hallaréis.

En cambio Proudhon. ¡Adelante con todas las fuerzas! ¡Venga esa peste y esa furia de la construcción! hubiera dicho. ¡Obreros, constructores, no os dejéis sacar, bajo ningún pretexto, las herramientas de las manos! ¡Matad a los que os quieren impedir que trabajéis! Ellos son vuestros enemigos. Que me los traigan a todos aquellos que hablan de una „peste edificadora“, de una superproducción de la vivienda, mientras los alquileres señalen todavía un rastro de plusvalía, de interés al capital! ¡El capital debe sucumbir ante la peste de la construcción! Desde hace unos 5 años se os ha entregado sin control a la furia de la construcción, y ya se quejan los capitalistas del descenso de la plusvalía; la renta de las casas ha bajado ya del 4 al 3 %, vale decir toda una cuarta parte. Otros 3 lustros más de trabajo ininterrumpido y os podréis hacer anchos en casas libres de plusvalía, podréis „habitar“realmente. ¡El capital perece, y vosotros estáis en camino de destruirlo con vuestro trabajo! “



Fue aquí donde Proudhon descubrió que el peor enemigo del trabajo es el dinero, porque cuando este presenta una mínima cantidad de interés, sus dueños se declaran en huelga y archivan el dinero en sus cajas fuertes, paralizando la producción. A partir de esto se le ocurre elevar la mercancía y consecuentemente elevar el trabajo, para que estos se anulen entre sí. Creo el banco popular de crédito de trabajo con el fin de establecer la colaboración económica entre las clases, una experiencia que fracasó y ayudaron a que fracase.

Sin embargo Silvio Gesell fue un poco más allá, y abandonando el punto de vista del dueño del dinero, enfoco su visión desde el punto de vista de las mercancías y el trabajo, manifestando que:

“La mercancía es la verdadera base de la economía social, y no la moneda. El 99% de nuestra riqueza se forma por las mercancías y sus derivados, sólo el 1% lo forma la moneda.”

Gesell, encontró que las mercancías no se pueden atesorar, ya que los distintos elementos de la naturaleza provocan, tarde o temprano su deterioro, sin embargo el dinero utilizado como medio de ahorro resulta superior, la solución a ello lo explica del siguiente modo:

“El dinero, como mercancía, no ha de ser para nadie, ni para el ahorrador o el especulador o el capitalista, mejor que el contenido de los mercados, de las tiendas o almacenes. Si la moneda no ha de tener prerrogativas frente a las mercancías, ha de deteriorarse también como estas, mufarse o pudrirse; ha de poder ser carcomida, enfermar, escapar, y si muere, el propietario ha de pagar aún los gastos para desollarla. Recién entonces podremos decir que moneda y mercancía son absolutamente equivalentes y están a un mismo nivel “....

“¡le adjudicamos a la moneda la misma pérdida que sufren las mercancías en depósito!”

Arriba Gesell nos lo dice bien clarito: es necesario abandonar el patrón oro y abrazar el patrón trabajo, única herramienta para la destrucción de la usura y la especulación.



Si hurgamos en la historia, alejándonos de las versiones oficiales inspiradas en la defensa del patrón oro y en la conservación de esa fuente de poder sobre los pueblos, encontramos que el último gran imperio europeo y el último americano, basaban su política económica en el patrón trabajo. El Imperio Romano, no ha sido como lo han pintado, la base de su economía radicaba en el Talento intransferible, que no era una moneda, tal como se ha impuesto en la historia gracias a la “operación orfebre” (5), se trataba de una especie de libreta de identificación personal como ciudadano del Imperio. En ella constaba la ocupación / profesión / servicio que brindaba y el derecho de utilización de los almacenes imperiales para la provisión de mercancías necesarias para el consumo de él y la familia a cargo , así como también educación , salud, etc.

En América el imperio Inca (6) , descendiente directo del Imperio de Tiahuanaco o Viracocha , cuyo vocablo original fue “Virgotch” de etimología vikinga , al igual que sus fundadores , significando : “Hombre viril” que se alió al Imperio Mongula ya existente ; ambos imperios se aliaron frente a un enemigo común (7). Rápidamente el Imperio se extendió hasta Tierra del Fuego. Las tribus integraban naciones, de cada Nación surgía su sacerdote – jefe – Emperador que respondían a la Casta imperial de origen Vikingo. El Imperio se sostenía mediante postas. Racialmente no se mezclaban entre sí y respetaban y conservaban su cultura. Los götchlands (viajeros) recorrían el Imperio con los “quipus”, unas sogas a las cuales se ataban ciertos nudos, con lo cual llevaban la contabilidad de las mercaderías disponibles con dos o más nudos juntos , o faltantes con un solo nudo , siendo estas pedidas a las naciones que las tuvieran. Así se realizaba la distribución de bienes , donde por ejemplo el aceite de foca manufacturado por las tribus onas de Tierra del Fuego – ellos se caracterizaban por usar chiripa como única ropa , combatían el frío con la piel impregnada en aceite de foca y fogatas – era utilizado por los Mongulas del Amazonas para impermeabilizar sus tejidos , mientras los onas recibían yerba mate de gran abundancia en el hábitat guaraní y castañas de Cajú , cosechadas por los guajiros de la actual Venezuela.

Para terminar podemos nombrar dos procesos políticos del siglo XX que utilizaron el patrón trabajo para impulsar sus economías desquebrajadas por los juegos de las finanzas del oro. Procesos que fueron destruidos por el poder mundial:

-El anarquismo durante la guerra civil española

- El Tercer Reich.

En ambos casos impusieron en sus respectivas economías abolir el dinero como método de intercambio.





FIN.

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